miércoles, 26 de septiembre de 2012

28 DE SEPTIEMBRE DÍA DE LA DESPENALIZACIÓN DEL ABORTO

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La historia que condujo a la despenalización parcial del aborto en Colombia es larga, de casi cuarenta años, y habla de la lucha del movimiento feminista en el país, del planteamiento de un discurso político que reivindica el derecho a decidir sobre el cuerpo y de diversos intentos de modificar la legislación vigente sobre el aborto.
La historia de la despenalización del aborto es una apuesta por la vida, reivindica los derechos de las mujeres y hace suyo el ejercicio de decidir sobre el cuerpo, la autonomía y el libre desarrollo de la personalidad.
En 1975, coincidiendo con el año de la Primera Conferencia de la Mujer organizada por las Naciones Unidas, se presentó el primer proyecto de ley tendiente a despenalizar el aborto en Colombia. Tenía como fin reglamentar “la interrupción terapéutica del embarazo.
El segundo proyecto de despenalización parcial del aborto se presentó en 1979 por parte de la representante del partido liberal Consuelo Lleras y apuntaba a proteger “la salud y la vida de las mujeres que habitan en Colombia”.
En julio de 1987 se presentó un nuevo proyecto de ley para la despenalización del aborto por parte del senador liberal Eduardo Romo Rosero. El proyecto buscaba la legalización parcial del aborto en casos de peligro para la vida y la salud física y psíquica de la mujer; cuando el embarazo fuera fruto de violación, acceso carnal violento o inseminación artificial no consentida, por taras o defectos físicos o psíquicos del feto y cuando la mujer fuera drogadicta con problemas físicos.
Más tarde, en 1989, otro senador liberal, Emilio Urrea, presentó un nuevo proyecto para la legalización del aborto con un término máximo de noventa días en los casos de “serio peligro para la salud física y psíquica [de la mujer], en relación con su estado de salud o sus condiciones económicas o sociales o familiares, o las circunstancias en que se produjo la concepción, o a previsiones de anomalías o a deformaciones del concebido”.
La década de los 80 le permitió al movimiento de mujeres volver políticos los temas que tradicionalmente se consideraban privados. La problemática de la violencia contra la mujer comenzó a centrar el accionar del movimiento y el lema de las feministas chilenas “democracia en el país y en la casa” se reprodujo en  diferentes contextos latinoamericanos.
Colombia ratificó la Convención de las Naciones Unidas sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), y la introdujo en su ordenamiento jurídico.
Las reivindicaciones del derecho a decidir sobre el cuerpo por parte de las agrupaciones de mujeres abordaron temáticas como la despenalización del aborto. El control de la natalidad, el placer sexual y las libertades asociadas a los derechos civiles y políticos también se siguieron exigiendo.
En 1991con la  CN se introduce la igualdad formal de derechos entre hombres y mujeres,  y se incluye al  bloque de constitucionalidad los tratados internacionales que velan por los derechos de las mujeres.
Paralelamente, las feministas latinoamericanas y del Caribe habían propuesto el 28 de septiembre como día de la despenalización del aborto en homenaje al 28 de septiembre de 1888, día en el que el Emperador Pedro de Brasil decretó la libertad de vientres, es decir, que todos los hijos e hijas nacidas de madres esclavas serían libres en adelante. Esta fecha fue escogida por un comité internacional multidisciplinario de mujeres que se reunieron en Nueva York en 1990 para lanzar la campaña por la despenalización del aborto en América Latina y el Caribe. Su objetivo era lograr la humanización de los servicios de atención en salud sexual y reproductiva; disminuir la morbilidad y la mortalidad materna; que se diera cumplimiento a las leyes que permitían el aborto y la liberalización de las leyes que lo penalizaban.
Más adelante las diferentes conferencias internacionales sobre la mujer harían su aporte fundamental esta larga lucha.
En 1995, la senadora Piedad Córdoba presentó el proyecto de ley 43/95 “por medio del la cual se dictan normas sobre salud reproductiva”. En este proyecto si bien se desarrollaban las temáticas de la realización plena de la vida sexual y reproductiva, la libre opción a la maternidad/paternidad y la planificación voluntaria y responsable, no se incorporaba un artículo que directamente buscara despenalizar el aborto.
Más tarde, en el proyecto de ley de 1997, nuevamente la senadora Córdoba planteó la despenalización del aborto por causas específicas como el acceso carnal violento, la inseminación no consentida o por peligro de la vida de la madre.
A este debate puesta en la agenda pública por el movimiento feminista llegan muchos actores, en 1998 la Universidad Externado de Colombia convocó nuevamente a un debate sobre la despenalización del aborto (Encuentro de Parlamentarios de América Latina y el Caribe sobre aborto inducido)
En 2003 el Ministerio de la Protección Social produjo la Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva incorporando los compromisos adquiridos por Colombia  en los acuerdos internacionales de derechos humanos y en las conferencias mundial
En 2004 se dio inicio a un proceso de litigio estratégico de alto impacto para liberalizar el aborto en Colombia por medio de una demanda frente a la Corte Constitucional liderado por la Mónica Roa, la directora de programas de la organización Women´s Link Worldwide
Y finalmente el 10 de mayo de 2006, la Corte Constitucional de Colombia, “en una Decisión judicial que constituye un hito en la lucha por construir una sociedad más justa fundada sobre la base de la equidad de género, reconoció el derecho al aborto legal y seguro como parte integral e indivisible de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en este país”
Entonces queridas mujeres y hombres que nos acompañan, como la lucha a sido larga y tortuosa hoy no podemos dejar que estos derechos adquiridos con tanto sacrificio sean enterrados y ni siquiera cuestionados por fundamentalistas, ortodoxos, conservadores y derechistas como el procurador Ordoñez, las iglesias y políticos doble moral que transitan por allí.
La mesa del movimiento social de mujeres de Cartagena y Bolívar les da la bienvenida y agradece su presencia y apoyo en esta justa lucha que es una lucha que como todas las luchas de las mujeres beneficia a la sociedad en su totalidad.

Información tomada de:
La Mesa por la Vida y la Salud de las Mujeres

Por: Rubiela Valderrama Hoyos
Secretaria técnica de la mesa del movimiento social de mujeres de Cartagena y Bolívar

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