jueves, 11 de julio de 2013

LAS MUJERES Y DERECHO A LA SALUD[1]


DOCUMENTO PRESENTADO EN AUDIENCIA PÚBLICA 
ANTE EL CONCEJO DISTRITAL DE CARTAGENA DE INDIAS.
                                                                                                                            

La Mesa del Movimiento Social de Mujeres de Cartagena y Bolívar considera que la ciudad tiene una deuda pendiente con las mujeres a todos los niveles, pero muy especialmente en el campo del Derecho a la Salud.


Aunque reconocemos que en los últimos años han existido esfuerzos de toda índole para reorganizar el modelo local de salud, la realidad alcanzada dista de ser la deseada y de tender hacia un Sistema Distrital de Salud en términos de igualdad y equidad para todas las personas. No es necesario hacer muchos estudios para mostrar la amplia crisis del sistema de salud del Distrito; la ineficiente política pública local para ser un órgano rector que promueva y proteja la salud de la ciudadanía; la enorme insatisfacción de la ciudadanía, y la falta de ética existente tanto en las aseguradoras (EPS) como instituciones prestadoras de salud, y en el quehacer de más de un profesional tanto administrativo como sanitario en relación a la prestación de la atención.

Así mismo el modelo de atención existente  se caracteriza, por un lado, por priorizar y centrarse en el hospital y derivado exclusivamente al tratamiento médico de individuos enfermos (una atención meramente curativa y medicalizada). Y por otro, privilegia  la mercantilización de la salud y el beneficio económico de las entidades aseguradoras y prestadoras de los servicios, traduciéndose en una insuficiente calidad en la prestación de los servicios y en un constante maltrato y actitudes abusivas tanto administrativas como de praxis asistencial hacia  lo/as pacientes. Como resultado de todo ello, por todo el mundo es conocido,  las demoras en las citas, los obstáculos en pruebas o exámenes


complementarios, la desatención, la falta de atención oportuna, adecuada y especializada; las complicaciones innecesarias en enfermedades crónicas; el incremento de enfermedades transmisibles; el rechazo de pacientes en urgencias; las muertes anticipadas, etc. Y se demuestra que la mera cobertura de afiliación no significa atención adecuada y digna ni protección de la salud.


Así, cabe señalar que:

El modelo es incapaz de entender y garantizar la salud como un derecho fundamental, integral, indivisible y esencial por su conexividad con el derecho a la vida.

Las directrices de la OPS y OMS se desconocen en relación a  los conceptos y la estructura de promoción de la salud;  y no se contempla la promoción de la salud vista como una dimensión de la calidad de vida de toda la población.


La estrategia de Municipios y Comunidades Saludables promovida tanto por la OPS como por la OMS no se reconoce y los principios y orientaciones ni se incorporan ni se implementan por parte del gestor de la salud del Distrito. La salud no se incorpora en un sentido amplio e integral en la agenda de gobierno y no se impulsa la formulación e implementación de políticas públicas saludables en el ámbito local. Como consecuencia estamos lejos de ser un municipio saludable y que protege la calidad de vida de sus habitantes.


El modelo de Salud del Distrito, pese a ser municipio piloto en la unificación de las prestaciones de los regímenes subsidiado y contributivo[2], continúa generando desigualdades e inequidades en la accesibilidad y la atención integral de salud.


En este marco las mujeres de Cartagena enfrentamos grandes dificultades para ejercer nuestro derecho a la salud y para que se escuchen nuestras necesidades y demandas:

La incorporación de la perspectiva de género en el campo de la salud (sostenida por la OPS y la OMS) tanto en las políticas, como en las investigaciones y en la promoción y atención de la salud se queda en mera retórica.
 
El binomio madre-hijo sigue siendo el asunto prioritario para las políticas y los servicios de salud y en este contexto se sigue centrando y reduciendo, en granmedida, las prioridades de atención a la mujer y vinculadas a su función reproductora y maternidad.

§  Los programas y servicios de salud siguen reproduciendo relaciones de poder-subordinación y estereotipos sexistas desconociendo a la mujer como sujeto de derechos y ciudadana.

§ Se sigue manteniendo asimetrías en el acceso y uso de los recursos y beneficios de la atención en salud. Y no se desarrollan suficientemente las opciones y la autonomía de la mujer para tomar decisiones sobre su vida, su cuerpo y sexualidad.

§  En el análisis de las diferencias y asimetrías es preocupante que el sistema de salud sigue desconociendo las demandas de las mujeres y no amplia suficientemente en los servicios las opciones de promoción, protección y mantenimiento de la salud

§   Sigue siendo preocupante la situación de la mujer adulta mayor en relación a los servicios de salud. La feminización del envejecimiento es una tendencia consolidada en el Distrito y la mirada social e institucional está provista de una perspectiva asistencial-caritativa  que incide desfavorablemente en los servicios de salud. A pesar de algunos aislados esfuerzos, la protección en salud es marcadamente insuficiente durante la vejez y el enfoque diferencial por género y edad no se tiene en cuenta prácticamente.

§   La situación de la mujer en relación a su salud se agrava al no incorporar la perspectiva étnica en los análisis de los procesos de salud-enfermedad, en la formulación de los programas y en la atención.


Este sistema excluyente y mercantilizado ha terminado afectando particularmente a nosotras las mujeres, a  nuestra salud y a nuestra calidad de vida. En este contexto el derecho a la salud (incluidos los derechos sexuales y reproductivos)  de las mujeres no es garantizado en el Distrito y enfrentamos grandes dificultades para ser reconocidas como ciudadanas con plenos derechos y en particular poder ejercer el derecho a la salud y los derechos sexuales y reproductivos


Algunos datos y cifras
Las causas de morbilidad y mortalidad del Distrito, en estos últimos años evidencian un proceso epidemiológico mixto de carácter prolongado, en donde acontecen simultáneamente las causas asociadas a enfermedades infecciosas y las enfermedades crónicas no transmisibles, más vinculadas a los procesos de urbanización.

Las mujeres y la afiliación al sistema de salud
En salud, la afiliación de las mujeres al sistema de salud en gran parte se hace a expensas del régimen subsidiado. En el año 2011 la población afiliada al régimen subsidiado en el Distrito era de 410.226 personas. Esto significa que aproxima­damente entre el 52 y el 54 por ciento de las mujeres cartageneras acceden a servicios de salud a través de unas prestaciones que siguen evidenciando dificultades de accesibilidad y limitaciones por distintas causas.



La mera cobertura de afiliación no garantiza a la mayoría de mujeres cartageneras los principios de universalidad, oportunidad, igualdad y equidad en la aten­ción en salud. A la mayoría de mujeres que viven en condiciones de mayor vulnerabilidad, con bajos ingresos y menor calidad de vida, se les limitan y condicionan los servicios de atención y no se les cubre de manera integral y oportuna las necesidades y requerimientos en salud en las mismas condicio­nes que aquellas personas que disponen de más recursos y posibilidades.



La situación se agrava con la crisis de infraestructura asistencial –centros de atención y hospitales- que afecta particularmente a las mujeres y de manera singular a las mujeres que viven en condiciones de pobreza y extrema pobreza por la crisis de infraestructura asistencial (el número de mujeres sisbenizadas para el año 2011, según Departamento Nacional de Planeación alcanza la cifra de 310.501 y representan el 52% de la población beneficiaria del Sisben. Son alrededor del 63 % del total de las mujeres de Distrito).


Las enfermedades
La complejidad del perfil de enfermar y morir se acentúa en los grupos sociales más pobres de la ciudad (más del 40% de la población)[3], por la tendencia a padecer las enfermedades infecciosas y parasitarias -sin una disminución sustancial- con un

incremento rápido de los procesos crónicos. Afectará particularmente a la poblaciónafrocolombiana y en especial al 63 por ciento de las mujeres que residen en condiciones de pobreza e ingresos bajos[4].

Las afecciones de la salud de la mujer están relacionadas primordialmente con procesos y patologías de tipo infeccioso, (en particular respiratorio, gastrointestinal, de piel, vías urinarias y vaginal); cardiocirculatorio (hipertensión); nutricional (anemia); y con patologías de causa externa relacionadas con heridas y traumatismos, indicando el aumento de la violencia contra la mujer en el Distrito (muchas veces subregistrada).

Las mujeres y enfermedades transmisibles
Los últimos años se caracterizan por una tendencia a agravarse tanto la salud colectiva como la individual de la población cartagenera,  al incrementarse la incidencia de enfermedades infecciosas transmisibles que parecían controladas –dengue, dengue hemorrágico, malaria, tuberculosis, sífilis congénita, leptospirosis, Sida…-. La ausencia de un verdadera política de salud enfocada a la promoción y prevención de la salud colectiva y un sistema poco eficiente y eficaz de vigilancia y control epidemiológico, conducen a una mayor incidencia de estas enfermedades  particularmente, en la población de los sectores populares y pobres de la ciudad, en donde reside la  mayoría de la población afrocolombiana. Las mujeres, en estos últimos años, presentan, también, un incremento de casos.

Las mujeres y el VIH/SIDA
En el abordaje de las enfermedades infecciosas transmisibles, por sus procesos particulares  epidemiológicos, relevancia sanitaria  y sus implicancias sociales y económicas, cabe referirse de manera particular a la infección por VIH/SIDA en la ciudad. Las edades comprendidas entre los 15 y 44 años son los más afectadas con un predominio en el hombre (66,6%) con respecto a la mujer (33,3%).
La vía de transmisión principal es por relaciones sexuales heterosexuales (70%), con respecto a la homosexual (11%) y en menor proporción la bisexual (4%).  El 81 por ciento de las mujeres son contagiadas por vía sexual. La transmisión por contacto heterosexual está aportando cada vez más mujeres contagiadas. El número de mujeres infectadas


aumenta más de prisa que el de los hombres y la tendencia epidemiológica en el Distrito es de una mayor afectación de la mujer en el transcurso de los años.
Cuando la epidemia se inició, en 1999, en la ciudad por cada 20 hombres una mujer era portadora del virus y finalizando el año 2010 la relación es  de aproximadamente 2 hombres por 1 mujer infectada.  Existe, en el transcurso de los años, una relativa generalización de la infección aumentando el número de mujeres infectadas puesto que viven condiciones de subordinación frente al hombre y, aunque conozcan como protegerse contra la infección, con frecuencia, no pueden ejercer su derecho de prevenir el contagio.

La mortalidad de la mujer
De las diez primeras causas de mortalidad del Distrito, la mujer se observa más afectada en seis de ellas. El sexo femenino, para el año 2011, resultó ser el más afectado en la hipertensión arterial, neumonía bacteriana, choque séptico, enfermedad cerebrovascular isquémica, insuficiencia cardiaca congestiva y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Cuando se observa específicamente las primeras causas de mortalidad en el sexo femenino se observa: sepsis (23,6%), neumonía (18,8%), enfermedad cerebrovascular (12,5%), infarto agudo de miocardio (12,3%), hipertensión arterial (7 %), y el tumor maligno de seno (6,2%) constituyen las seis primeras causas de muerte de las mujeres cartageneras.

Las mujeres y la violencia
La violencia cotidiana contra las mujeres adquiere dramáticas dimensiones. Diariamente, las mujeres cartageneras son víctimas de violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y económica en el seno familiar, en la calle, en los centros educativos, en el ámbito laboral, instituciones de salud, dependencias públicas y en otros espacios. De forma progresiva se va convirtiendo en causa epidemiológica y motivo de salud pública en el Distrito. Al respecto se  debe considerar la dimensión y relevancia que va adquiriendo la violencia contra las mujeres como afectación de la salud en las mujeres en todas las edades, condiciones y étnias/raza.

La tasa de homicidios contra la mujer se ha ido incrementando en el municipio. Para el 2009 era de 2,48, en el 2010 alcanzó el valor de 3,87 y en el año 2011 fue de 5,05. Asimismo,  el número de homicidios femeninos, en los últimos años,  se ha ido incrementando en la ciudad. Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses 11 casos del total de las 25 mujeres asesinadas en el año 2011 correspondieron las muertes violentas de las mujeres relacionadas con la violencia sexista (feminicidios).

La Razón de Mortalidad Materna 
La mortalidad materna desde el punto de vista de salud pública es un evento que afecta a todas las mujeres y en particular se concentra entre las mujeres que viven en condiciones de pobreza[5]. La Razón de mortalidad materna es un indicador que reconoce, internacionalmente, la calidad del servicio a favor de la mujer, y su reducción depende de la mejora sustancial en la calidad de los servicios de salud, con programas de atención especializados e integrales a mujeres embarazadas.

Las tasas (Razón) siguen indicando deficiencias tanto en la adecuada accesibilidad como en la calidad de los servicios asistenciales del Distrito y tienen un comportamiento muy fluctuante que pone en cuestionamiento las estrategias para la disminución sostenible. El incremento en estos últimos dos años ha sido ostensible. Para el año 2009 la razón era de 29,2 mientras en el año 2012 alcanzó el valor de 45,8 incrementándose con respecto al año 2011 (En 2010 (59,4) y 2011 (31)).


RECOMENDACIONES

  - Que el sistema de salud  garantice la atención y protección  integral a las mujeres cartageneras, mediante  un servicio de atención  diferencial, teniendo en cuenta la etnia, edad, opción sexual, territorial, capacidades diferentes y las mujeres en situación de desplazamiento, de manera que permita mejorar la calidad de los servicios. 

   - Así mismo,  el sistema salud  debe hacer énfasis en una atención a la  salud preventiva de las mujeres,  donde se identifican a tiempo las  enfermedades de alto riesgo y seguramente se puedan atender las pacientes de manera oportuna, evitando la  mortalidad de las mismas. Es sistema de salud debe implementar de manera urgente,  articulada y participativa la estrategia  de promoción, atención y prevención de los embarazos a adolescentes y a las jóvenes, contemplados en el CONPES 147, a  través de proyectos de vida. 

   - El DADIS, como organismo de control y prevención de la mortalidad materna, debe garantizar a  la población de mujeres embarazadas,  programas de atención integral con especialistas  en la materia,de manera que se identifiquen a tiempo los riegos producto del embarazo sobre todo en aquellas mujeres adolescentes. 
  
   - El  DADIS, como autoridad en la prevención y promoción de los derechos sexuales y derechos reproductivos, debe desarrollar campañas constantes de prevención de enfermedades de transmisión sexual y cáncer de cuello uterino. 

  - Así mismo, el DADIS debe liderar   capacitación a  funcionarios,  funcionarias y equipo médico en atención a  usuarias desde un enfoque de género y diferencial.

¡Las mujeres cartageneras no  podemos  seguir muriendo, por falta de una atención en salud de calidad!


MESA DEL MOVIMIENTO SOCIAL DE MUJERES DE CARTAGENA Y BOLIVAR.
Julio 5 DE 2013



[1] Las ideas fundamentales de este Documento están  tomadas de Casanovas Lluis: Informe Mujer, Salud y Sida. Observatorio de Derechos Sociales y Desarrollo, ODESDO, 2011.

[2] Respondiendo a la Sentencia de la Corte Constitucional, el Gobierno implementa en distintos municipios un proceso piloto de la unifi­cación de las prestaciones del régimen subsidiado y del régimen contributivo en salud. Cartagena fue escogido como municipio piloto. En la práctica no se ha implementado satisfactoriamente.
[3] Para el 2011, la tasa de pobreza es de 33,4% y la pobreza extrema alcanza el 4,7%
[4] El número de mujeres sisbenizadas para el año 2011, según Departamento Nacional de Planeación alcanza la cifra de 310.501 y representan el 52% de la población beneficiaria del Sisben. Son alrededor del 63 % del total de las mujeres de Distrito.
[5] Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los cinco factores más frecuentes que representan el 70% de las muertes maternas son: hemorragias graves, infecciones, abortos peligrosos, trastornos hipertensivos   (preeclampsia y eclampsia)  y parto obstruido. Todos ellos se encuentran muy relacionados con la falta de un control pertinente durante la gestación y una  atención adecuada durante el parto por el personal capacitado Según la OMS/OPS, para reducir la mortalidad materna es imprescindible la inversión en los sistemas de salud, y en especial en la formación de parteras y en la atención obstétrica de urgencia disponible las 24 horas del día.

lunes, 8 de julio de 2013

Al turismo siempre le va bien,… a la ciudadanía cartagenera casi siempre le va mal.

Por: Rubiela Valderrama Hoyos[1].
Hace sólo unos días el editorial del periódico El Universal escribía: En medio del panorama desolador de Cartagena, cuyos indicadores principales de calidad de vida se deterioraron en gran magnitud el año pasado, sobresale como un faro la actividad turística… En muy contadas ocasiones, el turismo en Cartagena ha experimentado crisis protuberantes”[2]
Que análisis más cierto, por ello me pregunto con frecuencia, ¿Dónde hay que poner el acento de la inversión en Cartagena?, acaso como lo afirma ciertamente la editorial de El Universal, aunque hayan malos y corruptos gobiernos al turismo y sus empresarios siempre les va bien, contrario que a la ciudadanía pues normalmente le va mal, ya que los sucesivos malos, corruptos y hasta los que pintaban buenos gobiernos dejaron de hacer lo fundamental o lo hicieron a medias, y hoy tenemos a la ciudadanía sin disfrutar a plenitud los derechos básicos a la salud, vivienda, educación, a una vida libre de violencias, a la no discriminación por razones de etnia, orientación sexual y género, a la movilidad, a un servicio de transporte decente, a unas vías en buen estado y a la seguridad humana, etc., etc. 
Por ello me entristece leer los programas de gobierno de los posibles próximos alcaldes, más de lo mismo, páginas enteras décadas a mejorar lo ya “mejorado” por los gobiernos pasados, frases como “trabajar fuertemente por mejorar la competitividad”, “desarrollo económico con los sectores estratégico como el turismo, la industria y los puertos”, son lugar común en estas épocas electorales, no hay un solo programa de gobierno en las últimas dos décadas que no los mencionen. Y en efecto a eso se dedica el que gana, pues no hemos visto una sola crisis del turismo, de la industria y mucho menos de los puertos, mientras que las crisis de la ciudadanía, por falta de goce efectivo de sus derechos, es cada día peor, tal como lo informa periódicamente “Cartagena como Vamos”   y lo analiza certeramente la editorial en mención.
Señores y señoras candidatas y candidatos,  si continúan por ese mismo errado camino, pronto tendremos en Cartagena multitudinarias marchas de ciudadanas y ciudadanos indignados, tal como ocurre hoy por todos los rincones del mundo, y OJO eso les puede dañar el turismo.


[1] Trabajadora Social. Magister en Estudios de Género. Integrante de la Red de Empoderamiento de Mujeres.
[2] El Universal. Editorial 21 de julio de 2013.